El amor es el gen principal que Dios nos otorgó. Él en su infinita misericordia nos creó a su imagen y semejanza... Semejanza de qué? 
Semejanza de su amor, pero ese amor debe reconocerse en nosotros mismos primero para entregarlo a nuestros semejantes... Si no nos amamos a nosotros mismos ni tan siquiera habrá muestras de que amamos a esa fuente universal que nos creó...
Siempre hablan de amor propio.  Que es esto? Es mostrarnos coherentes con lo que pensamos, sentimos y hacemos.  Eso es amor real, no temer ser coherentes por que perdemos al otro, o quizás sentirnos culpables de decir no por que creemos herir a los demás. 
El amor propio inicia cuando nos priorizamos desde el amor.  Y qué es esa priorización desde el amor?  Es comprender que mis actos no se deben basar en el daño a otro ser vivo, que mis actos deben siempre partir desde el amor. Cuando parten desde el amor no habrán juicios hacia los demás ni contra mi mismo, no habrá la compañía de la culpa... Simplemente seré responsable de mis decisiones más no culpable de las mismas.
Cada acción trae una consecuencia pero no quiere decir que esta consecuencia será destructora... Siempre será una consecuencia constructora cuando comprendemos que no debemos estar en la dualidad si no que debemos sentirnos uno con esa fuerza universal, por lo tanto sacamos a flote el gen que nos otorgó. Actuamos desde el AMOR. By: Nathalie Cruz Villa

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